De vuelta en España, aquí acaba mi labor de información a través del blog, aunque no mi colaboración con Rainbow. Si estáis interesados en saber más, en apadrinar a un niño o en realizar un voluntariado, contactad directamente con la organización y, si queréis, ellos os pueden poner en contacto conmigo para resolveros dudas y contaros más detalles de mi experiencia.

Rainbow Children Home - Nepal
http://www.orphancarenepal.org
email: rainbowchildrenhome@yahoo.com

Trekking

Con el dinero que recolectamos entre tod@s aquí en España, llevé a todos l@s niñ@s mayores a un trekking de tres días y dos noches en unas merecidas vacaciones después de sacar tod@s muy buenas notas en los exámenes de agosto. Fuimos al Tea Garden, en Lwang Ghalel, una aldea de cultura Gurung. Se divirtieron mucho, hicieron mucho ejercicio y fue además muy educativo.


La mañana que salíamos la casa era un carnaval de alegría. Tod@s se habían vestido con una mezcla de su mejor ropa y deportivos. Repartieron un par de calcetines nuevos para cada niñ@ y sacaron su ropa más especial. Los chicos parecían estrellas del fútbol, con ropa deportiva como nueva, gafas de sol y gorras superfashion. Incluso sacaron unos relojes digitales que les habían regalado hace tiempo y tenían guardados. Las niñas nerviosas, no sabían que ponerse para la ocasión, probándose distintos modelitos entre sus mejores ropas. Al final las animé a ponerse pantalones cortos. ¡Era la primera vez que se ponían pantalones cortos! Se mostraban y se escondían entre risitas ruborizadas y emocionadas. Por supuesto, para una ocasión tan especial, combinaron sus pantalones de exploradoras con sus mejores camisetas, con volantitos y brillantes. Gracias a una visita de una extranjera días antes, que les regaló tres pares de deportivas de su hijo a los niños de Rainbow, rebuscando entre los armarios conseguimos reunir zapatos de trekking para tod@s, pues el día a día van en chanclas o con los zapatos del colegio. En realidad, algunos llevaban buenos zapatos de trekking, otros chanclas de trekking y otros zapatos y chanclas no tan buenos, como imitaciones de las AllStar. Pero no parecía importarles y a los que les tocaban peores zapatos lo asumían sin envidias ni comparaciones. En definitiva esa mañana la casa parecía un pase de modelos de una divertida combinación de atuendos que se mostraban entre el humor y las risas, y un aire presumido y coqueto.



Los niños a la izquierda y las niñas a la derecha caminando el trekking con sus atuendos deportivos.

A las once de la mañana nos metimos todos en un jeep apretujados, saltando con los baches y emocionados cuando el coche se metía en los ríos para cruzarlos. Al llegar al punto de partida del trekking, subimos caminando durante varias horas seguidas. L@s niñ@s se disputaban el cargar con las mochilas para demostrar su fortaleza. Había grupitos que caminaban a ritmos distintos. Algunos disfrutan del simple hecho de caminar, les encanta caminar por caminar. A otros les fastidia más el esfuerzo de caminar y están deseando alcanzar la meta para disfrutar del sitio de destino. Después de tres o cuatro horas subiendo, llegamos a una aldea donde nos enseñaron una fábrica de té. Nos enseñaron la maquinaria y nos explicaron el procedimiento desde que las cosechadoras traen las hojas verdes hasta que sale listo para ser embalado. Mientras nos enseñaban la maquinaria fuera se puso a llover el diluvio universal. Estuvimos esperando dentro de la fábrica a que escampara durante más de media hora, pero seguía lloviendo con la misma intensidad, así que bajo paraguas y chubasqueros corrimos hasta la casa donde nos íbamos a hospedar. Como éramos tantos, nos dividieron en dos casas. Las chicas en una casa, y los chicos en otra. Después de cenar, pasamos una tarde casera jugando a cantar y bailar por turnos algunos bailes nepalís. Dormimos por parejas en camas individuales, y algunas en el suelo con esterillas. Las niñas estaban muy emocionadas disputando quienes dormían todas juntas en el suelo.
La fábrica de té, donde se secan las hojas que se recolectan.
La aldea donde dormimos la primera noche.
Los niños desayunando en la casa en la que se hospedaron, diferente a la de las niñas.

Al día siguiente nos levantamos muy pronto para retomar el camino que no pudimos hacer la tarde anterior debido a la lluvia. Subimos varias horas más hasta la cima de la montaña con unas vistas preciosas del amanecer y los valles de ríos que recorreríamos el segundo día. Durante este camino l@s niñ@s tuvimos que batir con las sanguijuelas, que algunas de las niñas tenían especial miedo, y algunos de los niños las cogían con la mano para asustarlas. Pero que sin embargo, hizo que el grupo fuera más deprisa y llegáramos pronto a la cima. Luego nos adentramos por los campos de arbusto de té que había por toda la ladera, haciéndonos muchas fotos metidos entre los arbustos. Y finalmente bajamos de nuevo a la aldea por la parte sin escaleras, pura naturaleza salvaje, aventurándonos los resbalones de la tierra y a caernos tropecientas veces de culo. Creo que l@s niñ@s disfrutaron como enanos esto. Yo creo que he perdido ya mi espíritu infantil para estas cosas, porque sólo deseaba llegar sana y salva abajo, harta de pegar culazos.
A la izquierda, las vistas del valle y el río que luego al bajar recorreríamos a lo largo de todo el segundo día.
Foto de grupo en la cumbre de nuestro trekking.
Paseando por los campos de té, entre los mismísimos arbustos de té.

Al llegar a la aldea nos dieron de comer y emprendimos el camino de nuevo. Bajamos deshiciendo lo que habíamos subido para llegar hasta la aldea y caminamos durante gran parte del día por la llanura del valle. Era un camino con un paisaje precioso, junto al río, entre montañas en las que se veían caer cataratas, y pasando por pequeñas aldeas. Este camino era también más agradable para tod@s porque no era tan duro, era como un paseo largo pero amable. Era especialmente divertido cuando había que cruzar un río. Entonces nos quitábamos los zapatos, nos remangábamos los pantalones y por parejas nos ayudábamos a cruzar con cuidado. Era muy agradable sentir el frío del agua, entrar en contacto con la tierra. Tanto que muchos continuaron el camino descalzos, sintiendo la tierra húmeda y las piedras como un masaje en las plantas de los pies, y chapoteando en los ríos y charcos que se nos iban cruzando. Vimos hermosas mariposas enormes, peces y muchas plantas que llamaban la atención de l@s niñ@s. Incluso una cabritilla que algunos pudieron coger en brazos. Cruzamos largos puentes colgantes que a unos divertía balanceándose y a otros les daba vértigo. Paramos varias veces a comer por el camino de las provisiones que llevábamos. A decir verdad, íbamos tan bien provistos que comíamos como reyes, con frutos secos, galletas y chocolatinas que l@s niñ@s disfrutaban mucho porque en su día a día no comen esas cosas, pues son como caprichos.
Ashis con una cabritilla que encontramos por el camino en una de las aldeas.
Una de las veces que cruzabamos el río, arremangandonos los pantalones y con los zapatos en la mano.

amos ascendiendo varias horas al final de la tarde, pero el atardecer nos acechaba y tuvimos que quedarnos en una aldea a una hora de nuestro destino final, debido al retraso de la lluvia del primer día y que el grupo iba a un ritmo lento. Así que el guía improvisó un hospedaje, de nuevo divididos en dos casas por género. Mientras esperábamos la cena l@s niñ@s exploraron los alrededores y jugaron con otros niños de la aldea en el recinto de un colegio cerrado. L@s niñ@s alucinaron al encontrarse con una anciana que por lo visto tiene un significado especial de la cultura tradicional nepalí, casi como un personaje mágico, y que hoy en día ya no se ve. Realmente impresionaba la densidad de su mirada, su figura inmóvil, fumando. Las niñas dijeron que la vieron llorando.

El tercer día por la mañana volvimos a madrugar y fuimos a visitar una presa de agua, así como las inmensas cañerías que llevan el agua helada de las montañas. Volvimos pronto a casa porque l@s niñ@s estaban cansad@s y debían reponer fuerzas porque después de comer nos quedaba un largo camino de vuelta. Tras todo un día de camino de descenso, cansados, cuando llegamos al punto en el que debía recogernos el jeep de vuelta a casa, no estaba. Había una huelga que les impedía llegar. Durante la espera l@s niñ@s exploraron los alrededores, por una planta eléctrica abandonada, subiendo a viejas grúas y curioseando los antiguos mecanismos. Tras una hora de espera decidimos seguir caminando, agotados, sin saber si llegaría el jeep o tendríamos que pasar la noche en la aldea a la que subimos el primer día. Pero tuvimos suerte y el jeep llegó para recogernos por el camino. Esa noche todos l@s niñ@s cogieron la cama con muchas ganas, se quedaron dormidos al instante y tuvieron un sueño profundo.

Jugando en un camión abandonado en una antigua planta eléctrica, mientras esperábamos el jeep de vuelta.

Curso de sexualidad



Un día una de las niñas entró a mi cuarto y rebuscó en mi neceser. Encontró una compresa y me preguntó qué era. Le expliqué que era para la regla y me preguntó que con qué edad ocurría eso. Entonces me di cuenta de que precisamente estaban en la edad de entrada en la pubertad. Me informé de que en el colegio no habían dado gran cosa al respecto y que llevaban tiempo pensando que era necesario educarles sobre ello pero por una cosa o por otra no lo habían hecho. La verdad es que les resulta tremendamente difícil hablar de sexo con naturalidad y evaden el tema, pero se mostraban deseosos de que alguien lo hiciera. Así que me puse manos a la obra y con el poco material que tengo y algunas ilustraciones de internet les hice un día un curso. Conté con la inestimable ayuda de Durga, que por ser enfermera especializada en planificación familiar era capaz de tratar estos temas con profesionalidad. Yo les explicaba en inglés y Durga explicaba en nepalí.

Les hablamos de qué es sexualidad, que no habían oído nunca el concepto, excepto el más mayor que lo relacionaba con algunas clases del sistema reproductivo que ya había dado. Les hablamos de los cambios corporales, de los cuales conocían unos cuantos, aunque nunca habían oído hablar de eyaculación ni sabían qué era realmente la menstruación. Les dimos consejos de cómo reaccionar a los cambios y sobre los cuidados e higiene. Pero también les hablamos de los cambios psicológicos y de cómo afrontar los cambios de humor, el sentimiento de confusión, el deseo de independencia o la atracción por otra persona. Al principio se reían avergonzados, luego escucharon, unos más interesados que otros, unos comprendiendo mejor de lo que hablábamos que otros, y aunque alguno se escaqueó imagino que por timidez, las niñas más mayores mostraron un gran interés, preguntando, contentas y agradecidas de que les explicara.

Me siento satisfecha de saber que les he dado algo realmente muy necesario y siento que no podría haber salido mejor. Sólo espero que en los próximos años alguien les hable de sexualidad según vayan necesitando saber más.
Kamal junto al mensaje de uno de los juegos del curso, sobre autoestima, que se divirtieron mucho haciendo. Debían descubrir el misterio de quién era la foto de la persona más importante del mundo escondido en un baúl y les sorprendió verse a sí mismos en un espejo al asomarse dentro del baúl.

Samyana


Samyana en el centro, con sus hermanos pequenios a los lados y sus hermanas mayores alrededor, en el exterior de su casa, antes de partir y venir con nosotras a Rainbow.

Hace un par de meses Rainbow recibió la petición de acoger a unos niños. Su madre había muerto y su padre enfermo de depresión, era incapaz de ocuparse de sus seis hijos. Dos de ellas son muy jóvenes aunque lo suficientemente mayores para casarse, y se ocupan del resto. Dos niñas púberes, una niña y un niño pequeños, de unos 5 y 6 años, que no asisten al colegio. Les pidieron que al menos acogieran a dos de ellas y, un mes más tarde, Goma accedió a llevarse al menos a una de ellas, pues mientras no consiga apadrinar a los que ya tiene no puede seguir acogiendo a más niños, pero al menos ayudar a una supone que luego esa persona puede ayudar al resto de la familia de alguna manera.

Tuve el privilegio de ir yo misma a acompañar a Goma a buscar a Samjana. Tuvimos que viajar una hora en taxi y tres horas de trekking a la ida y a la vuelta. Cuando llegamos a la casa, tomamos un té con todos los hermanos reunidos al aire libre. Había silencio, sin pena pero sin alegría, todo muy solemne, les hicimos fotos antes de que se separaran, y Samjana, la hermana de 11 años, se vistió con su mejor ropa y lo único que se llevó consigo fue sus libros del colegio. Samjana se vino con nosotras sin tan siquiera mirar atrás, como si fuera a volver en un rato. De camino estaba nerviosa y emocionada por su nueva vida, por como iba a ser su casa, sus compañeros y todo.

Al llegar a Rainbow los primeros días estaba cortada, sin saber muy bien donde colocarse en el ajetreo de la casa, sin saber muy bien qué hacer, pero con una sonrisa nerviosa de emoción. Poco a poco sus compañeras la han ayudado a integrarse y ya se mueve con soltura por la casa, va con ellas a bañarse al río, le han dado ropa nueva y se la ve muy contenta, siempre queriendo ayudar en las tareas de la casa y jugando con los pequeños.

Lachim

Lachim a su llegada con su abuelo

Como ya comenté en la historia de Bikas, Rainbow trajo a Bikas dejando a su hermano porque no tenían capacidad para más, y escogieron a Bikas por sus lesiones en las rodillas. Durante los tres o cuatro meses que Bikas lleva aquí, su abuelo no ha dejado de llamar para pedir que por favor también acogieran a su hermano, que no podía ir al colegio y no tenían ni para darle de comer. Ante las circunstancias de que las habitaciones nuevas están casi terminadas y el hecho de que una persona que ya tiene apadrinado a un niño, les pidiera que lo acogieran que ella iba a buscarle un padrino para el niño, Rainbow decidió finalmente traerlo.

El hermano de Bikas se llama Lachim. Es el pequeño. Tiene 5 años, uno menos que Bikas. Bikas y Lachim son de un area remota de Nepal, al oeste, que es la parte del país más pobre, difícilmente accesible e incomunicada entre aldeas, sin recursos y sin ninguna educación ni sanidad. Para traer a Lachim, su abuelo y él tuvieron que andar siete días y viajar en autobús toda la noche. El encuentro fue traumático para los dos pequeños, que no podían dejar de llorar angustiados hasta que poco a poco Bikas se calmó y se llevo a su hermano pequeño a jugar a solas a su juego preferido, de construcciones. Luego, Bikas me pidió que Lachim estaba deseando una ducha desesperadamente, y me ayudó a lavarle con cariño. Parecía que no se hubiera bañado en meses y su piel es áspera como una corteza de árbol.
Bikas (a la izq) abrazando orgulloso y contento a su hermano pequenio, Lachim, despues de su primera ducha en Rainbow

Desde entonces Lachim no se separa de él en ningún momento y Bikas parece mucho más mayor, cuidando de su hermano con una delicadeza y atención que conmueve ver. Bikas derrocha alegría y felicidad desde que está aquí su hermano. Para Lachim todavía es todo demasiado nuevo, aunque sin duda, el tener a su hermano le ayuda mucho. No había probado nunca el arroz. Mucho menos había visto la tele ni muchas otras cosas de la ciudad. Los primeros días se mostraba inseguro y angustiado. Lo pasó muy mal cuando tuvo que estar sin su hermano toda la mañana esperando que volviera del colegio. No dejaba de llorar esperando pegado a la puerta mirando el camino por el que se fue su hermano. Yo no lo había visto sonreír. Pero hace un par de días que le vi reír por primera vez, jugar con otros niños, bromear conmigo e incluso esperar paciente a que su hermano viniera del colegio, haciendo deberes de caligrafía en casa. Y aunque sigue muy apegado a su hermano, cada vez hay más momentos en los que no está tan pegado a él y se va desenvolviendo en la casa solo.

Nuevos inquilinos

Monisa a los pocos dias de llegar a RCH

Hace un par de semanas, una mañana de lluvia, llegó a la casa una mujer con su bebé de año y medio pidiendo trabajo. Goma no podía darle trabajo pues acaban de contratar a la nueva cocinera y no se pueden permitir pagar más personal. Pero la mujer no tenía a donde ir ni a quien acudir. Su marido la abandonó y le resulta imposible encontrar un trabajo que le permita ocuparse de su bebé. La mujer se puso a barrer la casa y limpiar para pedir que la acogieran, y Goma le ofreció una cama para ella y su bebé y un plato de comida a diario a cambio de que les ayude en la casa.

Al principio les ha costado adaptarse, tanto al bebé, Monisa, como a su madre, Bisnu. Monisa no dejaba de llorar todo el rato por no poder estar todo el día agarrada a su madre y lloraba aún más fuerte si alguien trataba de cogerla o acercarse a decirle algo. Es increíble como los otros niños le han prestado atención, cogiéndola en brazos, tratando de consolarla y jugando con ella. No sólo los niños mayores, sino también los pequeños, incluso los que hasta ahora habían recibido toda la atención de los demás por ser los más pequeños de la casa. Es curioso ver como Bibek trata de cogerla o Anjali le hace una caricia y exclama "mero boini!" (mi hermanita pequena!). De repente parecen mucho más mayores al lado de esta nueva pequeñaja. Poco a poco han conseguido que Monisa se confíe en los brazos de los otros niños. A Asha la llama mamá. A mí todavía no me podía ni ver. Cuando le acercaba la cara se ponía a llorar, hasta hace un par de días que de la mano de Asmita empecé a cogerla sin que llorara. Asmita es una de las pocas que consigue consolarla cuando está llorando mucho, cogiéndola en brazos. Al principio Asmita trataba de dármela para que la cogiera en brazos y no podía de lo mucho que pataleaba Monisa. Pero a base de intentarlo, hace un par de días me la dio y aunque no le gustó mucho se quedó en mis brazos. Hoy ya se viene sin rechistar pero no tarda mucho en buscar a Asmita.

Los primeros días iba con el culillo al aire y se iba cagando por donde le parecía, como un animalito. También le cuesta comer la ración de arroz que le ponen, pues está acostumbrada a la teta de su madre, pero debe acostumbrarse a que en esta casa resulta inaceptable no acabarse el plato. Poco a poco va aprendiendo, se acostumbra a la vida en la casa y se integra con los otros niños y sus actividades. Ayer fue su primer día de guardería y ya pasa las tardes en el aula del orfanato mientras el resto de niños hacen sus deberes, simplemente sentada en el pupitre entretenida con los otros ninos que la cogen en brazo y juegan a ratos con ella.
La foto mas reciente de Monisa

A la madre también le ha costado un poco integrarse en la vida de la casa. Al principio resultaba muy brusca con los niños. Su forma de tratar con ellos era a manotazos y empujones, como acostumbraba a relacionarse con su propia hija. Es su carácter, su forma de ser, que en general es tosca. Poco a poco entre todos le hemos ido haciendo comprender que esa no es forma y se va mostrando más suave con los niños descubriendo su intención cariñosa con ellos. Por lo demás, resulta de gran ayuda su trabajo en casa. Han dejado de pagar a una mujer para que venga a lavar dos veces a la semana y ella lava todos los días que hace sol, haciendo que no se acumule tanta ropa sucia y los niños puedan cambiarse más a menudo. También mantiene la casa barrida quitándoles ese trabajo a los niños y echa una mano a la cocinera con la que ya se ha hecho muy buena amiga.
Bisnu con su hija

No sabemos hasta cuando necesitarán el cobijo de RCH, pero mientras tanto son tratadas como dos miembros más de la familia a todos los efectos, tanto en cariño como en espacio, comida, ropa y educación. Y es que en RCH siempre hay lugar para uno más como las ollas andaluzas que siempre dan de sí para un invitado más.

Paquete desde Alemania


Steffi con su hija Milena

Nuestra amiga Steffi, desde Alemania, ha hecho un gran esfuerzo por recolectar ropa y juguetes entre sus amigos y familiares para mandarnoslo a RCH. Envio dos paquetes de 20 kilos cada uno con mucha ropa, sobre todo de invierno, peluches, chucherias y otros juguetes.
Hace aproximadamente una semana por fin recibimos los paquetes. Los ninios se pusieron muy contentos al verlos! Empezamos a sacar las cosas y fuimos repartiendo al instante todos los peluches, juguetes y chupachups. Les encantaron los globos y las pompas de jabon. Los mas pequenios se encariniaron de un peluche cada uno y les pusieron nombres nepalis como Sanguita y Monita. Estuvieron jugando toda la tarde con las pelotas, las raquetas de velcro y un palo hinchable de promocion de helados para la piscina que fue todo un exito -quien lo iba a decir. Y es que sacaron provecho hasta de la mismisima caja de carton, con la que los pequenios se divirtieron mucho!
A la izq: Buddhi y su hermano Bibek jugando con una de las pelotas del paquete. A la dch: Asmita haciendo pompas.

A la izq: Bibek jugando con un globo de los que Steffi envio. A la dch: Raju haciendo estallar sus pompas en la cara de Indreni, que se reia mucho con ello.

A la izq: Sagar jugando a la vez con un globo en una mano y una pelota en la otra. En medio: Sudip y Buddhi disputandose el palo hinchable. A la dch: Kamal B jugando con Ashis a las raquetas de velcro y de fondo Sandesh con un peluche escuchando la nana que canta cuando le das cuerda.

Indreni, con uno de los peluches, Sanguita, y Anjali, metidas en una de las cajas de los paquetes y varios ninios alrededor moviendola como si se tratara de un viaje.

Mande un email a Steffi para darle la noticia de la llegada de su paquete y le hizo mucha ilusion ver la foto de Anjali abrazada al peluche que ella tenia en casa.

Anjali con su peluche, Monita.

La ropa hemos tardado mas en repartirla porque resulta mas complicado. Los ninios deben probarse a ver que les queda bien y hacer un reparto justo. Ayer sacamos las prendas que pueden utilizar ahora que todavia hace calor, pero la mayor parte, que es ropa de invierno, esta guardada porque hasta que no terminen las obras de arriba con nuevas habitaciones no tenemos mucho espacio en casa. Hay algunas prendas muy pequenias y otras muy grandes, pero todos los ninios han recibido al menos una prenda. Es ropa que esta muy nueva y de muy buena calidad, como camisetas de Benetton, con colores bonitos. Lo bueno es que tambien son sencillas, sin disenios ultramodernos, porque algunas veces las ninias reciben camisetas escotadas o vestidos pomposos que luego no se ponen porque les da verguenza. Y es que la cultura nepali todavia no tiene una mentalidad muy abierta acerca de la vestimenta.
A mi personalmente me encanta como le queda el peto de cuadritos al pequenio Bibek!! Esta tan mano... Ahi van algunas imagenes de la sesion de fotos que hicimos con los nuevos modelitos.


Quiero dar las gracias de todo corazon a Steffi por haber hecho un esfuerzo tan grande, porque se que hacer algo asi es muy costoso y aun asi ella ha querido hacerlo. Puedo aseguraros que la alegria de los ninios al recibir el paquete y el bienestar que les va a dar tener esa ropa de calidad ha valido la pena su esfuerzo, y me siento muy privilegiada de haber podido vivir la experiencia con mis propios ojos y poder contaroslo.


 

Design in CSS by TemplateWorld and sponsored by SmashingMagazine
Blogger Template created by Deluxe Templates